Hoy me he levantado a las 7am muy cansado porque he estado hablando hasta altas horas de la noche. He salido a dar un paseo por la finca contemplando el impresionante paisaje que nos regala África. La verdad es que hacía un poco de frío y viento, pero merece la pena ver la salida del sol en un país tan distinto, sin edificios que oculten el paisaje. Además, he estado reflexionando sobre la experiencia vivida estos días, dejándome muchas cosas buenas y muchas tristes. De hecho, no paro de pensar en la suerte que tengo de estar viviendo esto.
Más tarde, una expedición de españoles e ingleses hemos ido a acabar de pintar la casa. A día de hoy, sólo falta pintar las puertas y armarios de azul más oscuro y fregar el suelo. Mientras pintaba he estado hablando con los ingleses sobre el nivel de vida de nuestros países.
La reflexión del día es que no debemos esperar a las vacaciones o al viaje a la otra punta del mundo para ser felices y disfrutar de la vida, estando en un trabajo que odias, mirando a cada hora el reloj para ver cuando acaba la jornada de trabajo o esperando el fin de semana desde el lunes para hacer vida. En mi opinión, la felicidad no se esconde detrás de las súper vacaciones sino en los pequeños detalles del día a día. Decirle a tu madre que la quieres sin motivo, en ese amigo que te ha hecho reír, en ese mini objetivo que te has marcado y has conseguido vencer a la pereza para conseguir el gran objetivo, en una puesta de sol, estar con tus amigos, agradecer por la suerte que tienes de tener lo que tienes.
Creo que así es como se tiene que vivir la vida y eso es lo que voy a hacer yo.
Víctor Villán